Lo que Fomenta mas la Salud.... 3

Cantad Alabanzas

Tributemos alabanza y acción de gracias por medio del canto. Cuando nos veamos tentados, en vez de dar expresión a nuestros sentimientos, entonemos con fe un himno de acción de gracias a Dios.

El canto es un arma que siempre podemos esgrimir contra el desaliento.  Abriendo así nuestro corazón a los rayos de luz de la presencia del Salvador, encontraremos salud y recibiremos su bendición.

"Alabad a Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo." (Salmo 107:1, 2.)

"Cantadle, cantadle salmos: hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre: alégrese el corazón de los que buscan a Jehová." (Salmo 105:2, 3.)

"Porque sació al alma menesterosa, y llenó de bien al alma hambrienta. Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, ... luego que clamaron a Jehová en su angustia, librólos de sus aflicciones. Sacólos de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones. Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres." (Salmo 107:9-15.)

"¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te conturbas en mí? Espera a Dios;
porque aún le tengo de alabar; es él salvamento delante de mí, y el Dios mío." (Salmo 42:11.)

"Dad gracias en todo; porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús." (1 Tesalonicenses 5:18.)

Este mandato es una seguridad de que aun las cosas que parecen opuestas a nuestro bien redundarán en beneficio nuestro.  Dios no nos mandaría que fuéramos agradecidos por lo que nos perjudicara.

"Jehová es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida: ¿de quién he de atemorizarme? ... Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; ocultaráme en lo reservado de su pabellón, ...y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo: Cantaré y salmearé a Jehová." (Salmo 27: 1, 5, 6.)

"Resignadamente esperé a Jehová, e inclinóse a mí, y oyó mi clamor. E hízome sacar de un lago de miseria, del lodo cenagoso; y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca canción nueva, alabanza a nuestro Dios." (Salmo 40:1-3.)

"Jehová es mi fortaleza y mi escudo: en él esperó mi corazón, y fui ayudado; por lo que se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré." (Salmo 28:7.)

Uno de los mayores obstáculos para el restablecimiento de los enfermos es la concentración de su atención en sí mismos.  Muchos inválidos se figuran que todos deben otorgarles simpatía y ayuda, cuando lo que necesitan es que su atención se distraiga de sí mismos, para interesarse en los demás.

Muchas veces se solicitan oraciones por los afligidos, los tristes y los desalentados, y esto es correcto.  Debemos orar porque Dios derrame luz en la mente entenebrecida, y consuele al corazón entristecido.  Pero Dios responde a la oración hecha en favor de quienes se colocan en el canal de sus bendiciones.  Al par que rogamos por estos afligidos, debemos animarlos a que hagan algo en auxilio de otros más necesitados que ellos.  Las tinieblas se desvanecerán de sus corazones al procurar ayudar a otros.  Al tratar de consolar a los demás con el consuelo que hemos recibido, la bendición refluye sobre nosotros.

El capítulo cincuenta y ocho de Isaías es una receta para las enfermedades del cuerpo y el alma.  Si deseamos tener salud y el verdadero gozo de la vida, debemos practicar las reglas dadas en este pasaje.  Acerca del servicio que agrada a Dios y acerca de las bendiciones que nos reporta, dice el Señor:

"El ayuno que yo escogí,... ¿no es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne?

Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

Entonces invocarás, y oirte ha Jehová: clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti, el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad; y si derramares tu alma al hambriento, y saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu obscuridad será como el mediodía; y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu alma, y engordará tus huesos; y serás como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan." (Isaías 58.7-11.)

Las buenas acciones son una doble bendición, pues aprovechan al que las hace y al que recibe sus beneficios.  La conciencia de haber hecho el bien es una de las mejores medicinas para las mentes y los cuerpos enfermos.  Cuando el espíritu goza de libertad y dicha por el sentimiento del deber cumplido y por haber proporcionado felicidad a otros, la influencia alegre y reconstituyente que de ello resulta infunde vida nueva al ser entero. (MC 196-199)

Continua...

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